VÍCTIMAS Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Fuente: La Silla Rota
Los medios de comunicación y su responsabilidad con las víctimas
La relación entre los medios y las víctimas es un terreno delicado, donde la sensibilidad, la ética y la responsabilidad deben estar en el centro de la atención.
Por Jaime Rochín
Así comienza este interesante artículo de La Silla Rota, desde donde recogemos y destacamos importantes conceptos que son de gran utilidad para editores y periodistas que trabajan en los medios.
“La revictimización se refiere a la experiencia en la que una persona que ha sido previamente víctima de un trauma, abuso, violencia o delito, enfrenta situaciones, interacciones o respuestas por parte de instituciones o personas que vuelven a causarle daño, angustia o malestar emocional a ella o a sus familiares. En otras palabras, es cuando alguien que ha sufrido un trauma previo o bien, las personas cercanas (víctimas indirectas) son sometidos a circunstancias que reavivan los sentimientos de vulnerabilidad, ansiedad, miedo o vergüenza asociados con esa experiencia traumática.
La revictimización se encuentra en la divulgación insensible de detalles sobre el caso, justo como ocurrió en los ejemplos mencionados al inicio. Si se habla insensiblemente o se divulgan detalles de la vida de la víctima en público, se causa dolor adicional a sus seres queridos y a las personas cercanas a ella.
También, ocurre cuando se apropia la historia de manera indebida. Esto es cuando se utiliza para fines personales o para promover una agenda sin respetar la experiencia de las víctimas y sin considerar los sentimientos de sus seres queridos.
La relación entre los medios y las víctimas es un terreno delicado, donde la sensibilidad, la ética y la responsabilidad deben estar en el centro de la atención. Los medios de comunicación tienen una responsabilidad fundamental en el cuidado de las víctimas al reportar sobre situaciones sensibles. Su influencia en la percepción pública y en el impacto emocional de la información es significativa.
Los medios tienen la capacidad de moldear la percepción pública, influyendo en cómo la sociedad entiende y reacciona ante eventos traumáticos. Las historias presentadas pueden generar empatía y solidaridad, pero también pueden perpetuar estereotipos, sensacionalismo y revictimización. Por lo tanto, es crucial que consideren cuidadosamente como presentan las historias que involucran a las víctimas.
Es por eso por lo que se debe tratar a las víctimas con respeto y empatía, evitando divulgar detalles sensibles o explícitos que puedan causar angustia adicional. En la cobertura se debe tener consideración especial en atención la edad, género, orientación e identidad sexo genérica y otros aspectos que puedan ser relevantes para la sensibilidad de la situación.
Además, los medios no deben explotar el sufrimiento de las víctimas con fines comerciales. La búsqueda de clics o audiencia no debe prevalecer sobre la ética y el respeto hacia las personas afectadas. Si cometen errores en la cobertura de situaciones traumáticas, deben corregirlos y rectificarlos de manera transparente y rápida.
Para evitar hechos de revictimización por parte de los medios, las y los periodistas deben recibir capacitación en cómo abordar historias sensibles y cómo interactuar con las víctimas con empatía y respeto. Asimismo, se deben establecer pautas claras sobre cómo tratar casos que involucran a víctimas, incluyendo la forma de obtener consentimiento y cómo proteger la privacidad de las personas afectadas.
Permitir que las víctimas cuenten sus propias historias es una forma de respetarlas y empoderarlas ayudando a evitar la distorsión de la historia.
En suma: los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental en dar voz a las historias de las víctimas, permitiendo que sus experiencias sean compartidas y comprendidas por un público más amplio. En este proceso, es esencial abordar estas historias con una profunda sensibilidad y respeto, reconociendo que detrás de cada relato hay familias, emociones complejas y experiencias dolorosas.
Al narrar las historias de las víctimas, los medios tienen la oportunidad de generar empatía, sensibilización y un mayor entendimiento de las dificultades que enfrentan. Sin embargo, esta narrativa debe ser cuidadosamente construida para evitar la revictimización y el sensacionalismo, asegurando que las voces de las víctimas sean elevadas con dignidad y respeto. Sin duda lo merecen. “